UNA GRAN AGUA PARA UN BUEN WHISKY
Hace muchos años, conocí a un jesuita que quizá por cubrirse las espaldas solía decir, “haced lo que yo digo y no lo que yo hago”. Pues bien, he de confesar que para mi gusto un gran whisky hay que tomarlo solo, pero también he de reconocer que con el fabuloso tiempo que disponemos en las Islas, muchas veces apetece tomarse un whisky con agua, ya que como aperitivo y para calmar la sed, suele resultar agradable y efectivo.
Y puestos a tomarlo con agua, ¿por qué no hacerlo con una de las mejores?, e incluso apoyada por prestigiosos grupos de somelieres y barman. Lógicamente estamos hablando de la especial agua mineral de Bad Neuenahr donde nace el manantial Apollinaris. Además de ser reconocida en todo el mundo, es embajadora de un lugar curativo que cuida desde hace casi 155 años su tradición balnearia.
En 1852 el viticultor Georg Kreuzberg compró regateando por 15 táleros un viñedo en las cercanías de Bad Neuenahr. Sin embargo la vid no creció debido a la acidez de la tierra. Cuando ordenó excavaciones en el lugar, descubrió que, a 15 metros de profundidad, brotaba de la piedra agua mineral rica en ácido carbónico. Un manantial de agua mineral subterránea de la mejor calidad. Kreuzberg exploró el manantial y se cerró el círculo, y él llamó al manantial Apollinaris, por el santo del mismo nombre, que realmente es un santo protector del vino.
El agua de la lluvia se filtra con las diversas capas de tierra, corriendo por encima de los minerales, disolviéndolos y filtrando. Los recorridos del agua son lentos e interminables, ya que puede tomar siglos su aparición, y al final, lo que ofrece es pureza. Además, la composición de la tierra determina qué minerales y oligoelementos enriquecen el agua.Apollinaris tiene su origen en un territorio que tiene diversas capas de roca y de obstrucciones volcánicas: el Eifel. Este paisaje del unspoilt permite que el agua penetre en las capas más profundas de la tierra. El ácido carbónico natural se recoge del estrato volcánico de la roca. Esto facilita especialmente la absorción de muchos minerales.
Estas condiciones ideales proporcionadas por la naturaleza en el Eifel explican el alto nivel de pureza y el contenido mineral equilibrado de Apollinaris.
Apollinaris ‘The Queen of Waters’ es el agua alemana proveedora de la casa real británica desde hace más de 100 años, y como reconocimiento, se le concedió el famoso triangulo rojo de la marca.
Y volviendo a la combinación del whisky con el agua, hasta los más expertos, dicen que todos los whiskies admiten que se les añada un poquito de agua. Esto suaviza los químicos y potencia el aroma. Como podrá comprobar si lo saborea antes y después de añadirlo.
Continúan diciendo, que si el agua del grifo esta medianamente libre de impurezas puede ser suficiente, pero sin duda la mejor es la propia agua con la que el whisky fue hecho. Para nosotros difícil de obtener, por no decir imposible por lo que la mejor opción puede ser el Whisky con Agua Apollinaris.
Debido a las circunstancias por todos conocidas, desde hace muchos años en Tenerife, gracias a que los Británicos lo pusieron de moda, el tomar el whisky con agua Apollinaris es hoy todavía un clásico en los combinados de Whisky.
Como anécdota, les diré que hasta en la Literatura aparece. James Joyce en su obra “Counterparts” publicada en 1914, en uno de sus pasajes, pone en boca de sus protagonistas y escribe: “Leonard les presentó a un tipo joven llamado Weathers, que era acróbata y artista itinerante del Tívoli. Farrington invitó a todo el mundo. Weathers dijo que tomaría una media de whisky del país y Apollinaris. Farrington, que tenía noción de las cosas, les preguntó a los amigos si iban a tomar también Apollinaris; pero los amigos le dijeron a Tim que hiciera el de ellos caliente. La conversación giró en tomo al teatro. O'Halloran pagó una ronda y luego Farrington pagó otra…”
Y ya que estamos, podemos aprovechar para contarle a ese “amigo” que tiene los bolsillos cosidos, que hasta en la literatura se pagan una ronda. Y si tenemos la suerte de que se dé por aludido, nos tomaremos otra de whisky con Apollinaris bien fría.
Salud y suerte, esto último lo digo porque hay algunos que es difícil hacerles descoser los bolsillos.
Hace muchos años, conocí a un jesuita que quizá por cubrirse las espaldas solía decir, “haced lo que yo digo y no lo que yo hago”. Pues bien, he de confesar que para mi gusto un gran whisky hay que tomarlo solo, pero también he de reconocer que con el fabuloso tiempo que disponemos en las Islas, muchas veces apetece tomarse un whisky con agua, ya que como aperitivo y para calmar la sed, suele resultar agradable y efectivo.
Y puestos a tomarlo con agua, ¿por qué no hacerlo con una de las mejores?, e incluso apoyada por prestigiosos grupos de somelieres y barman. Lógicamente estamos hablando de la especial agua mineral de Bad Neuenahr donde nace el manantial Apollinaris. Además de ser reconocida en todo el mundo, es embajadora de un lugar curativo que cuida desde hace casi 155 años su tradición balnearia.
En 1852 el viticultor Georg Kreuzberg compró regateando por 15 táleros un viñedo en las cercanías de Bad Neuenahr. Sin embargo la vid no creció debido a la acidez de la tierra. Cuando ordenó excavaciones en el lugar, descubrió que, a 15 metros de profundidad, brotaba de la piedra agua mineral rica en ácido carbónico. Un manantial de agua mineral subterránea de la mejor calidad. Kreuzberg exploró el manantial y se cerró el círculo, y él llamó al manantial Apollinaris, por el santo del mismo nombre, que realmente es un santo protector del vino.
El agua de la lluvia se filtra con las diversas capas de tierra, corriendo por encima de los minerales, disolviéndolos y filtrando. Los recorridos del agua son lentos e interminables, ya que puede tomar siglos su aparición, y al final, lo que ofrece es pureza. Además, la composición de la tierra determina qué minerales y oligoelementos enriquecen el agua.Apollinaris tiene su origen en un territorio que tiene diversas capas de roca y de obstrucciones volcánicas: el Eifel. Este paisaje del unspoilt permite que el agua penetre en las capas más profundas de la tierra. El ácido carbónico natural se recoge del estrato volcánico de la roca. Esto facilita especialmente la absorción de muchos minerales.
Estas condiciones ideales proporcionadas por la naturaleza en el Eifel explican el alto nivel de pureza y el contenido mineral equilibrado de Apollinaris.
Apollinaris ‘The Queen of Waters’ es el agua alemana proveedora de la casa real británica desde hace más de 100 años, y como reconocimiento, se le concedió el famoso triangulo rojo de la marca.
Y volviendo a la combinación del whisky con el agua, hasta los más expertos, dicen que todos los whiskies admiten que se les añada un poquito de agua. Esto suaviza los químicos y potencia el aroma. Como podrá comprobar si lo saborea antes y después de añadirlo.
Continúan diciendo, que si el agua del grifo esta medianamente libre de impurezas puede ser suficiente, pero sin duda la mejor es la propia agua con la que el whisky fue hecho. Para nosotros difícil de obtener, por no decir imposible por lo que la mejor opción puede ser el Whisky con Agua Apollinaris.
Debido a las circunstancias por todos conocidas, desde hace muchos años en Tenerife, gracias a que los Británicos lo pusieron de moda, el tomar el whisky con agua Apollinaris es hoy todavía un clásico en los combinados de Whisky.
Como anécdota, les diré que hasta en la Literatura aparece. James Joyce en su obra “Counterparts” publicada en 1914, en uno de sus pasajes, pone en boca de sus protagonistas y escribe: “Leonard les presentó a un tipo joven llamado Weathers, que era acróbata y artista itinerante del Tívoli. Farrington invitó a todo el mundo. Weathers dijo que tomaría una media de whisky del país y Apollinaris. Farrington, que tenía noción de las cosas, les preguntó a los amigos si iban a tomar también Apollinaris; pero los amigos le dijeron a Tim que hiciera el de ellos caliente. La conversación giró en tomo al teatro. O'Halloran pagó una ronda y luego Farrington pagó otra…”
Y ya que estamos, podemos aprovechar para contarle a ese “amigo” que tiene los bolsillos cosidos, que hasta en la literatura se pagan una ronda. Y si tenemos la suerte de que se dé por aludido, nos tomaremos otra de whisky con Apollinaris bien fría.
Salud y suerte, esto último lo digo porque hay algunos que es difícil hacerles descoser los bolsillos.
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