jueves, 26 de agosto de 2010

VINO DE HIELO


Deliciosos vinos canadienses hechos con uvas heladas
Hace unos días, disfrutando de una comida junto a un amigo cocinero, salió la conversación sobre los diferentes vinos y cuales maridan mejor con cada plato, y entre los comentados surgió el vino de hielo, luego la charla derivó hacia otros derroteros, pero me quedé con la copla y me puse al tajo para buscar información y transmitírsela lo más exacta y amena posible.
Los vinos de hielo o Icewines son vinos que se consiguen de uvas sanas que se vendimian y prensan en estado de congelación, lo que origina una gran concentración de azúcar en la uva. Forma parte de la familia de los vinos licorosos y sus principales productores son Austria, Alemania, y Canadá, aunque es este último país el que está acaparando todo el prestigio y el mayor número de premios internacionales. Gracias a la dureza de sus inviernos y a sus estrictas regulaciones vitivinícolas, el vino elaborado en Canadá a partir de estas uvas congeladas, es un vino de gran calidad, afrutado, complejo, dulce y gozoso.
El vino de hielo hoy día es una bebida muy apreciada en los mercados mundiales. Pero hablemos un poco de su historia.
En la provincia canadiense de Ontario, la comarca de Niágara, es la región con mejor reputación en la producción del exquisito vino de hielo, sin embargo el primer intento de obtención, casi doméstica, se efectuó en una pequeña bodega de la Columbia Británica en 1973. Siendo el año clave para la introducción de los vinos de hielo en Canadá 1983. Dos bodegas de la región de Niágara, Inniskillin e Hillebrand Estates, emprendieron la experimentación con la uva helada de la variedad Vidal. Hillebrand logró ponerlo a la venta ese mismo año; y desde entonces hasta hoy, ya son diversas las bodegas de Ontario que han realizado importantes inversiones tecnológicas y producen vino de hielo con éxito.
La incidencia internacional de Canadá como país productor de vinos sobrevino en 1988, con la firma del acuerdo de libre comercio entre este país y Estados Unidos, en el que se regulaba rigurosamente el empleo de variedades híbridas y autóctonas de vid. El salto a Europa se produjo en mayo de 2001 y los vinos de hielo canadienses empezaron a introducirse en este mercado. Al reconocer la UE las estrictas técnicas vinícolas canadienses, desde septiembre de 2003, su comercialización se vio facilitada por el acuerdo sobre vinos y bebidas espirituosas firmado entre Canadá y la Unión Europea.
Actualmente la producción vinícola anual de la provincia de Ontario alcanza los 400.000 litros, de los que un 5% corresponde a Icewines y en la provincia de Columbia Británica se elaboran unos 40.000 l anuales.
Este tipo de vino de hielo está sometido a las rigurosas regulaciones de la VQA (Vintners Quality Alliance), siendo. una de las normas primordiales, que el vino debe ser producido de manera natural; es decir, está prohibida la congelación artificial de la uva. Esto hace que el vino de hielo sea muy complicado y costoso de producir; entre otras cosas, porque las uvas permanecen en la viña después de que el resto haya sido vendimiado, y hay que protegerlas de pájaros y otros animales.
La obtención de este tipo de vino de hielo suele hacerse con uvas Vidal y Riesling, aunque también se usan Cabernet Franc o Gewürztraminer. Como en toda recolección, la elección del momento de la vendimia es decisivo, siendo las mejores condiciones, cuando las temperaturas se sitúan entre los 10°C o 13°C bajo cero, justo antes de la cogida. Esto otorga a la uva un nivel óptimo de dulzura y sabor, pero en estas condiciones las uvas tienen muy poco jugo y a menudo se necesita toda una cepa para hacer una simple botella y su recogida se realiza siempre, esmeradamente, a mano.
A continuación del laborioso proceso de la vendimia, el mosto pasa algunas semanas de fermentación y varios meses de envejecimiento en barril. Por todas estas razones, el vino de hielo puede resultar algo caro, y a menudo se vende en medias botellas. ¡Pero el resultado merece la pena!

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