En un entorno como el nuestro, parece mentira que las flores se hayan monopolizado solamente hasta hace poco como adorno, pero hoy en día determinados cocineros y gourmet han recomenzado a prepararlas y a comerlas, pues como verán esto viene de antiguo.
En diversos países, han abordado el tema con seriedad y han abierto viveros de flores con fines únicamente gastronómicos. Por pura lógica, cada mañana recogen las flores con sumo cuidado. Flores de todos los colores y sabores, porque como no podía ser de otra manera, también en esto intervienen y mucho los gustos.
Determinados creadores de la restauración acompañan sus mejores platos con pétalos de flores, y al parecer han conseguido un éxito muy notable. Unos eligen pétalos de rosa, otros prefieren flores de violeta o lavanda.
Ricas en proteínas, grasas, almidones, aminoácidos, vitaminas A, B, C, E y minerales; en China se acostumbra a comer flores desde hace más de 2000 años.
De ahí que no sólo sirvan para conquistar corazones, colorear y perfumar, sino para elaborar platos buscando nuevas sensaciones y texturas.
Según cierto cocinero, sus platos más exquisitos son la tortilla de caléndula, la sopa de malva y la ensalada de crisantemo. Según indican, cada flor posee unas propiedades determinadas, por ejemplo las orquídeas sirven como antídoto contra la fiebre, y los crisantemos para hacer frente a las infecciones por estafilococos. Ahora, como era de esperar, también los científicos han comenzado a estudiarlas y los investigadores están desarrollando flores más nutritivas y de mejor sabor.
Pero no todas son comestibles, veamos:
Las comestibles se manejan no sólo como elementos vistosos y decorativos en los platos, cócteles, pasteles y demás, sino que se escogen de tal forma que su sabor sea compatible con el del plato en cuestión para que puedan ser consumidas como parte del mismo.
Decíamos que la lista de flores comestibles es abundante. No obstante, es necesario educar al consumidor en cuanto al uso seguro de las mismas, ya que no todas las flores o algunas partes de las mismas se pueden consumir. Y desde luego, siempre, ha de quedar muy claro y hay que advertir que no se deben consumir aquellas que hayan sido tratadas con insecticidas o que hayan sido contaminadas con agroquímicos. De este modo, se están promoviendo como comestibles sólo aquellas flores cultivadas orgánicamente.
Según información seria y disponible, por ahora las flores comestibles se venden en supermercados y tiendas localizados en barrios de altos ingresos o en los que hay una amplia mezcla racial, factor éste último que avala una mayor variedad de platos exóticos, aunque hoy, ya no lo sean tanto.
La Begonia, con su color rojo, amarillo, naranja y rosado. Y su sabor ácido, parecido al limón. Borraja, de color lila azulado, y su sabor similar al pepino. Caléndula (alendula officinalis), su color amarillo, naranja, y su sabor picante. El Clavel Dianthus spp. Su color lila y sabor análogo a la cebolla.
Crisantemo, color amarillo, blanco y sabor amargo, que va de suave a fuerte. Manzana Malus spp. su color rosa pálido floral y su sabor suave. Margarita (Bellis perennis) color blanco, pastel y sabor agridulce. Hinojo, de color amarillo y dulce. Fucsia, con sus variados y ácidos sabores.
Podríamos seguir con la del Geranio, Malva, Lila, Capuchina o Pensamiento, pero la lista se nos haría interminable. Agregando rosas de coloración variada y con un sabor que va del dulce a algo picante, se utilizan tanto en comidas dulces como saladas, es muy conocido el dulce de rosas mosquetas. Violetas, con un sabor algo dulce, y que ya fueron utilizadas hace muchos años por pasteleros franceses creando unos caramelos de violetas confitadas que suelen venderse en pequeños envases de lata o vidrio. Y así sucesivamente…
En diversos países, han abordado el tema con seriedad y han abierto viveros de flores con fines únicamente gastronómicos. Por pura lógica, cada mañana recogen las flores con sumo cuidado. Flores de todos los colores y sabores, porque como no podía ser de otra manera, también en esto intervienen y mucho los gustos.
Determinados creadores de la restauración acompañan sus mejores platos con pétalos de flores, y al parecer han conseguido un éxito muy notable. Unos eligen pétalos de rosa, otros prefieren flores de violeta o lavanda.
Ricas en proteínas, grasas, almidones, aminoácidos, vitaminas A, B, C, E y minerales; en China se acostumbra a comer flores desde hace más de 2000 años.
De ahí que no sólo sirvan para conquistar corazones, colorear y perfumar, sino para elaborar platos buscando nuevas sensaciones y texturas.
Según cierto cocinero, sus platos más exquisitos son la tortilla de caléndula, la sopa de malva y la ensalada de crisantemo. Según indican, cada flor posee unas propiedades determinadas, por ejemplo las orquídeas sirven como antídoto contra la fiebre, y los crisantemos para hacer frente a las infecciones por estafilococos. Ahora, como era de esperar, también los científicos han comenzado a estudiarlas y los investigadores están desarrollando flores más nutritivas y de mejor sabor.
Pero no todas son comestibles, veamos:
Las comestibles se manejan no sólo como elementos vistosos y decorativos en los platos, cócteles, pasteles y demás, sino que se escogen de tal forma que su sabor sea compatible con el del plato en cuestión para que puedan ser consumidas como parte del mismo.
Decíamos que la lista de flores comestibles es abundante. No obstante, es necesario educar al consumidor en cuanto al uso seguro de las mismas, ya que no todas las flores o algunas partes de las mismas se pueden consumir. Y desde luego, siempre, ha de quedar muy claro y hay que advertir que no se deben consumir aquellas que hayan sido tratadas con insecticidas o que hayan sido contaminadas con agroquímicos. De este modo, se están promoviendo como comestibles sólo aquellas flores cultivadas orgánicamente.
Según información seria y disponible, por ahora las flores comestibles se venden en supermercados y tiendas localizados en barrios de altos ingresos o en los que hay una amplia mezcla racial, factor éste último que avala una mayor variedad de platos exóticos, aunque hoy, ya no lo sean tanto.
La Begonia, con su color rojo, amarillo, naranja y rosado. Y su sabor ácido, parecido al limón. Borraja, de color lila azulado, y su sabor similar al pepino. Caléndula (alendula officinalis), su color amarillo, naranja, y su sabor picante. El Clavel Dianthus spp. Su color lila y sabor análogo a la cebolla.
Crisantemo, color amarillo, blanco y sabor amargo, que va de suave a fuerte. Manzana Malus spp. su color rosa pálido floral y su sabor suave. Margarita (Bellis perennis) color blanco, pastel y sabor agridulce. Hinojo, de color amarillo y dulce. Fucsia, con sus variados y ácidos sabores.
Podríamos seguir con la del Geranio, Malva, Lila, Capuchina o Pensamiento, pero la lista se nos haría interminable. Agregando rosas de coloración variada y con un sabor que va del dulce a algo picante, se utilizan tanto en comidas dulces como saladas, es muy conocido el dulce de rosas mosquetas. Violetas, con un sabor algo dulce, y que ya fueron utilizadas hace muchos años por pasteleros franceses creando unos caramelos de violetas confitadas que suelen venderse en pequeños envases de lata o vidrio. Y así sucesivamente…
No hay comentarios:
Publicar un comentario