domingo, 19 de septiembre de 2010

NI BRANDY NI COÑAC, ARMAGNAC

Estimado el destilado más antiguo de Francia, con escritos que lo sitúan desde el siglo XIV, es el resultado de una destilación lenta y continua de los vinos blancos producidos en la región de Gascuña, básicamente de las cepas Ugni blanc, Colombard, Folle Blanche y Bacco blanc, que cubren una superficie de 15.000 ha. En Armagnac operan unos 5.000 viticultores que abastecen a más de 60 empresas productoras.
La destilación se realiza en el tradicional alambique armagnaqués, de destilación continua, definitivamente legalizado y patentado por el rey Luis XVIII en 1818. El aguardiente sale del alambique entre el 52% y 72% de volumen y se asienta en barricas de 400 l hechas de roble del bosque de Monlezun tallado a mano, hasta que el maestro de bodega considera que ha alcanzado un punto de envejecimiento óptimo. En este punto se pasan a barricas agotadas, que ya no aportan tanino al aguardiente o se trasvasan a cubas. La disolución al 40 % de volumen de alcohol habitual se realiza por la técnica de las llamadas “petites eaux”, pequeñas adiciones de agua destilada mezclada con armagnac, en etapas sucesivas, para conseguir su perfecta integración.
El Armagnac se divide en tres apelaciones (Denominación de Origen) de producción: Bas Armagnac, Ténarèze y Haut Armagnac.
El Bas Armagnac produce los aguardientes más delicados y afrutados. El Ténarèze produce destilados más vivos y enérgicos que necesitan de un mayor envejecimiento en barrica. El Haut Armagnac hoy en día se considera una zona poco representativa y supone una parte ínfima de la producción.
En el caso de las grandes marcas, la gran mayoría de sus millésimes corresponden a Bas Armagnac. De acuerdo a la legislación vigente, los envejecidos en el propio Bas Armagnac, vienen etiquetados como “Bas Armagnac”. Los envejecidos en sus históricos almacenes de Lavardac, en la región de Ténarèreze, vienen etiquetados con la palabra “Armagnac”.
DISFRUTAR DEL ARMAGNAC
Se sirve en pequeñas cantidades en copa balón o tulipa, que permite la concentración de aromas. Al hacerlo girar suavemente disfrutaremos con sus tonos ambarinos y cobrizos. Ya en reposo se apreciarán las lágrimas que resbalan por las paredes de la copa. En nariz es muy expresivo con notas dulces, frutales, especiadas, florales. Pasaremos pequeños sorbos por la boca hasta que nos impregne de todos sus matices.
Una vez terminado, la copa vacía mantiene un delicado aroma, pero ya sin la presencial de alcohol. Es el característico fondo de copa del armagnac.
Aunque para algunos pueda parecerles un sacrilegio, existen grandes recetas de cocina, que no serian lo mismo sin el armagnac. Mejor aún, disfrutar de sus aromas y paladar después de un plato realizado con este espirituoso. 

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