sábado, 11 de septiembre de 2010

DE SALSAS, ROUX

Cada día cuando nos metemos en faena en la cocina, con toda seguridad que terminamos haciendo alguna salsa, y de entre ellas, algunas nos quedan más flojas que otras. Pues bien para ello siempre tenemos algún remedio. Por ejemplo…
La cocción de harina en mantequilla origina una base llamada roux, a esta base se suele recurrir para espesar líquidos o en la elaboración de estipuladas salsas. Y tiene la ventaja de que  se conserva mucho más tiempo en la nevera que otras salsas, pudiéndola utilizar para preparar rápidamente una bechamel, por ejemplo.
Su preparación es muy sencilla, tan sólo se tiene que cocer en una sartén la misma cantidad de mantequilla y de harina. En primer lugar se funde la mantequilla y seguidamente se incorpora la harina que habremos tamizado. La cocción debe ejecutarse a fuego lento, mezclando  bien y fusionando los dos ingredientes sin dejar de remover con una cuchara de madera.
Entre las varias clases de salsa roux, cada una es específica para determinadas elaboraciones.
La roux blanca es perfecta para ligar fondos de cocción y sirve como base de algunas salsas, la preparación es la expuesta anteriormente, pero sin dejar que la harina se tueste, es decir, que no tome color.
Para obtener la roux amarilla, debemos dejar que la harina se tueste solamente un poco antes de fundirla con la mantequilla. Se utiliza para elaborar la bechamel y las salsas blancas en general.
En último lugar esta la roux tostada o morena, ésta se emplea sobre todo para la preparación de salsas resultantes de los fondos de cocción de las carnes. Sin dejar de remover, debemos dejar cocer la harina hasta que coja un tono de color avellana.Para redondear la información, podemos elaborar la salsa bechamel con la base de salsa roux amarilla de esta manera:
Tostamos en un cazo o sartén 50 gr. de harina a fuego lento y sin dejar de remover hasta que tome color, incorporamos  50 gr. de mantequilla y removemos hasta que se funda. Cuando veamos que se hace una pasta homogénea y adquiere un color rubio clarito vertimos un par de cucharadas de leche y removemos, subimos el fuego y terminamos vertiendo el resto de la leche, que hará un total de ½ litro, previamente calentada y removemos con las varillas.
Condimentamos el compuesto con un poco de sal, pimienta y nuez moscada rallada y bajamos el fuego al mínimo. Dejamos hervir unos 10 minutos sin dejar de remover para que no se hagan grumos, cuando veamos que empieza a espesar, ya podemos retirarla del fuego.
También puedes sustituir un poco de leche por caldo de carne o sofreír un poco de cebolla rallada para hacer una bechamel más sabrosa.

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