martes, 7 de septiembre de 2010

¿QUÉ PASA CON LOS VINOS DE GUARDA?

Desde hace años, en ciertas D.O. existen unas normativas sobre la elaboración de vinos para Crianza, Reserva y Gran Reserva, pero en estos últimos, algo anda fallando, pues no es normal encontrarse un Reserva a 4 €  y otro a un mínimo de 29. Como es lógico todo tendrá una explicación. Vamos desde el principio.
La primera segmentación indiscutible de los vinos viene dada por el color: blancos, rosados y tintos pero, además, interesa conocer qué tipo de elaboración han tenido para estar al tanto de cuáles son sus características.
El vino joven, afrutado y fresco tiene su vida limitada poco más o menos al año de su cosecha, más tarde pierde las particularidades que le dan carácter. Los crianzas, que han tenido unos meses de permanencia en barrica de roble, están aptos para resistir el tiempo y desarrollan aromas y sabores favorecidos por la madera. Los reserva y gran reserva, que han estado en barrica mucho más tiempo que los anteriores, son aún más complejos, tienden a tener unas características más finas, y gracias esencialmente al tiempo que han pasado en barrica, están más preparados para perseverar, por lo que resultan idóneos para guardar. Esta primera fase, dependiendo del tiempo transcurrido en barrica de roble es importante, pero no lo es menos su procedencia y la calidad de la uva.Pero si cada vino es una creación única, cada región vitivinícola también tiene sus características propias. En la actualidad creo que hay unas 64 Denominaciones de Origen si contamos las dos de Vinos de Pago recientemente reconocidas en Castilla-La Mancha, presentando cada una de ellas sus singularidades. Afortunadamente, parece ser que ya nada tienen que ver las antiguas zonas que arrastraban tradiciones poco ortodoxas y que en nada contribuían para que prosperara el mundo vitivinícola.
En este momento, los nuevos Jumillas elaborados con la uva monastrell están dando mucho que hablar. Navarra hace tiempo que ha dejado de ser el equivalente del vino rosado, sino que es una excelente tierra de tintos de calidad y eminentes blancos.
El abanderado del sector sigue siendo Rioja, con la portentosa variedad tempranillo que da carácter a sus vinos, pero no por eso quedan atrás los del Penedès elaborados con ull de Llebre, que es como denominan en esa zona a la uva tempranillo, o los Riberas, cuya tinta del país es asimismo la misma varietal y la que más se prodiga.
Con el fin de poder ir discerniendo cuales son las distintas normativas de cada D.O. les iré trasladando lo que oficialmente dicen sus Consejos Reguladores. Comenzaremos con el de Rioja:
Según el proceso de envejecimiento seguido, en el vino de Rioja se establecen las siguientes categorías:
Garantía de Origen:
Vinos que no han sido sometidos al proceso de crianza.
Vinos de Crianza:
Corresponde a vinos en su tercer año que han permanecido un año como mínimo envejeciendo en barrica de roble.
Vinos de Reserva:
Corresponde a vinos muy seleccionados con un envejecimiento mínimo entre barrica de roble y botella de tres años, de los cuales al menos uno en barrica.
Vinos de Gran Reserva:
Corresponde a vinos de grandes cosechas que han envejecido un mínimo de dos años en barrica de roble y tres años en botella.
Creo que ha quedado claro. Cuando tengan en sus manos una botella de Rioja, indicará la añada a la que pertenece y la categoría del vino. Calculando la diferencia con el año en que nos encontremos, por lo menos sabremos si ha cumplido con lo que indica su etiqueta.
Todo este mundo del vino es un poco más complejo, pero si lo desean, se lo iré aclarando poco a poco.

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