viernes, 3 de septiembre de 2010

VA DE VINOS; DE LOS ENRAIZADOS A LA INNOVACIÓN

Sí, ya lo sé, cada maestrillo tiene su libraco. Busquen, déjense las pestañas, y después discutimos. Porque la mayoría, coincide en que la producción de vinos tiene su principio en leyendas de tiempos remotos en la Europa antigua. Una de ellas, se atribuye al griego Dionisos, quien tuvo la idea de cultivar la vid y extraer de ella el vino, existe otra que afirma que fue descubierta por el pastor Estafilo, quien encontró a una de sus cabras comiendo los frutos de una planta, los arrancó y se los llevó a su señor, Oinos, quien al colocarlos en un cuenco, extraerles el jugo y beberlo, comprobó que se regocijaba con cada sorbo. De ahí que la palabra Enología etimológicamente proviene del griego: oinos, que significa vino, y logos, que equivale a palabra, discurso.
Por su parte, los romanos atribuían a Saturno sus viñedos famosos, de donde obtenían vinos densos y sabores extraños para el paladar actual, debido a que durante su proceso de elaboración, le agregaban miel, alquitrán y otras sustancias para su conservación.
Los tradicionales, los vinos del Viejo Mundo son los que provienen de los países europeos clásicos, básicamente Francia, España, Italia, Alemania y Portugal. Diversos motivos de orden natural como la pluviometría, la topografía y la estructura de los suelos, hacen que la tierra y sus minerales tengan una gran importancia en su elaboración, por eso suelen usar el nombre del término del viñedo, región, distrito, ciudad, viña o lote, para identificar el vino, tan importante como el nombre de la varietal de la uva.
La gran mayoría de los vinos europeos, se destacan por su tradición; la experiencia de muchas generaciones ha llevado a diversos resultados, que a veces se codifican como normas, sobre la combinación de uvas, prácticas en viticultura y técnicas de vinicultura que se transforman en el mejor vino de cada porción de tierra.
Este tipo de vinos suelen ser de consistencia suave, tienden a contener mayores niveles de acidez, y otorgan un gran énfasis en las características de la tierra o del mineral del que provienen. Frecuentemente complementan los sabores ligeros de la comida de su región. Por eso, influye tanto en el sabor, la tierra donde se cultiva.
La tendencia actual de la cultura vinícola, ha otorgado un lugar preponderante y especial a un innovador estilo de vinos, los denominados del Nuevo Mundo.
Los vinos del Nuevo Mundo son aquellos elaborados en los países, cuyo origen enológico procede de la llegada de inmigrantes europeos, como son los casos de Estados Unidos, con sus vinos californianos, Australia, Nueva Zelanda, Chile, Argentina, Uruguay y Sudáfrica, como principales protagonistas de la industria.
Zona y varietales.
A diferencia de Europa, las regiones de producción de estos nuevos vinos, suelen ser extensas, llanas y climáticamente homogéneas, lo que los hace más uniformes.
El sabor de estos vinos en particular, se deriva de las varietales, la ubicación geográfica del viñedo o la marca que lo fabrica. Los nuevos vinos adquieren el sabor de la uva y su variedad; por tanto, tienen mayor consistencia e intenso sabor, con poca influencia de su proceso de elaboración en el gusto.
Innovación.
En los vinos del Nuevo Mundo hay una experimentación constante con distintos variedades de uvas, técnicas de viticultura y procesos de vinificación, así como la aplicación de nuevas tecnologías en su elaboración.
Los productores de vino del Nuevo Mundo tienen diferentes filosofías, pero también sus consumidores. Los amantes del vino de aquellas latitudes, le dan mayor importancia y se guían por la marca, o por la variedad de uva, para seleccionar una buena botella. Sin embargo, en la medida en que los productores se proponen obtener vinos de muy alta calidad, la tierra de vendimia y la estructura inorgánica se convierten en protagonistas.
Y los de California...
Un ejemplo claro de los vinos del Nuevo Mundo, se encuentra en Sonoma Valley, California, donde se encuentra entre otras una de las mayores bodegas, la vitivinícola Ernest & Julio Gallo, con una amplia variedad de vinos blancos y tintos, añadas y varietales, entre las que destacan las Cabernet Sauvingnon, Chardonnay y Zinfandel, que satisfacen el paladar de aquellos entendidos en vinos.
Entre sus marcas más conocidas se encuentran, Sierra Valley, Turning Leaf, Sycamore Canyon, Coastal, Sonoma Selection, Single Vineyard y Estate, que van desde clasificaciones para maridaje cotidiano, hasta la más fina selección de vinos y uvas, para los más exigentes amantes del vino.
Como curiosidad, les diré que su integración a la tendencia de los nuevos sabores y variedades, le ha valido ser la empresa vinícola más premiada del mundo. Aunque a mi personalmente esto no me dice nada, pues cualquiera que esté un poco metido en el mundo del vino, sabrá que el sistema empleado en muchos certámenes para otorgar medallas, deja mucho que desear.
Al otro lado del mundo, en Australia y Nueva Zelanda no se quedan atrás, desde hace años están produciendo unos vinos de magnifica calidad y a unos precios muy interesantes.
El modelo de la viticultura sudafricana se basa mayoritariamente en las cooperativas integradas por más de 5.000 viticultores que llevan sus uvas a alguna de las 70 cooperativas existentes, que se encargan de controlar los precios y absorber los excedentes. Además existen 100 propiedades vitivinícolas y 150 bodegas particulares con viñedo propio y planta de embotellado.
En 1973, el gobierno Sudafricano preocupado por su imagen internacional, introdujo un sistema de control para sus vinos de origen (WO para Wine of Origen) garantizando que toda la uva utilizada procede de esa denominación. Igualmente si la variedad de la uva y el año de cosecha aparecen en la etiqueta, se garantiza al consumidor que al menos el 75% del vino es producido de la variedad indicada y la cosecha especificada en la misma, además de que cada uno de los vinos debe pasar por un minucioso control analítico y organoléptico. Este porcentaje aumenta al 85% para los vinos de exportación.
Los vinos de Argentina, Chile y Uruguay los dejaré para una próxima ocasión. La Información nunca está de más, pero con la gran cantidad de Denominaciones de Origen que tenemos en el estado, podemos cubrir sobradamente nuestras extravagancias vinícolas.
Para concluir les diré que, como no podía ser menos, hasta el mundo del vino tiene un patrón, San Vicente, patrono de los vitivinicultores, es el santo, quien con su racimo, como si se tratara de una lámpara, cuida la belleza de las viñas.
La leyenda cuenta que la devoción hacia este personaje se remonta a los primeros siglos de nuestra era. Había nacido en Huesca, y a fines del siglo II por su celo y sus virtudes le fue otorgado el Diaconato.
El año 303, el emperador Diocleciano ordenó una persecución general de cristianos. Hicieron arrestar al diácono Vicente y someterlo a tortura. Por un milagro se pudo reconocer después su cuerpo que fue enterrado en Borgoña, y posteriormente trasladado a Champagne, Francia, donde por primera vez se veneraron sus restos. Se dice que la tortura a que fue sometido consistió en exprimir su cuerpo en las prensas de los vendimiadores y que su sangre se convirtió en un vino generoso, fuente de vida eterna. Desde Champagne la devoción a este santo se generalizó por toda Europa y quedó consagrado como patrono de los vitivinicultores.

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