sábado, 4 de septiembre de 2010

¿EN TIERRA DE RON?

Las últimas generaciones, posiblemente rompiendo con la costumbre de las anteriores, en las que se primaba el consumo de güisqui sobre otras bebidas espirituosas, parece que están apostando cada vez más por el consumo de ron, bebida que, principalmente combinada, permite muchas variaciones y resulta fácil de beber, por su característico dulzor, una vez que uno se acostumbra al nuevo sabor.
Antes o tras una buena comida, por ejemplo, ¿qué tal iniciar, el aperitivo o la sobremesa para variar, con una copa de buen ron?
Pero vayamos por partes. El inicio del proceso de elaboración de un ron, según los entendidos, es imaginar ese ron, el ron que de alguna manera uno desea crear, idear en un momento determinado el ron que cree que el consumidor precisa. Lo primero, uno imagina un ron, diseña ese ron mentalmente y a continuación viene todo un proceso de engranar piezas para llegar a ese producto final que, está asociado básicamente a sensaciones visuales, olfativas y gustativas.
 Siguiendo con el proceso de elaboración, hemos de decir que, la caña de azúcar es el alma del proceso en el ron, de la que conseguimos las mieles o las melazas, y de las cuales lo que nos interesa es la riqueza en azúcar, sustancia que se transformará en alcohol. Un segundo elemento muy importante es el agua, siendo la mejor la obtenida de manantiales naturales. Éste elemento, es el medio para poder hacer que el azúcar, a través de un proceso microbiológico, en el que se incorporan levaduras, se metabolice y se convierta en alcohol. La importancia de la pureza bacteriológica radica en que no se aporten olores ni sabores distintos a los que se quieran dar allí, para conseguir el ron que hemos ideado.
Lo que básicamente quiere decir es que con caña de azúcar, agua pura y levaduras se puede conseguir un buen ron. Sí, pero en las diferentes destilerías, necesitan distintos tipos de alcoholes de cada cosecha, con tres procesos distintos de destilación. Suelen tener varios alcoholes bien diferenciados que van a ser luego envejecidos en barricas de calidad distinta, por ejemplo si multiplicamos 6 alcoholes por diez barricas diferenciadas, podemos tener hasta sesenta rones envejeciendo. Posteriormente se sigue un proceso de mezclar esas variedades de ron en proporciones determinadas para obtener entonces un añejo, u otros de mayor antigüedad, es decir son todas las mismas bases, pero juegan con ellas y con diferentes conceptos sensoriales en cada caso. La idea de estas mezclas es que la suma de todos esos componentes sea mejor que cada uno de ellos de modo individual. Así, al final tenemos distintos tipos de ron. La legislación en cada país exige un tiempo determinado de envejecimiento en los rones, incluso en el ron blanco. Éste, como tiene color, hay que proceder a su decoloración con carbón, conservando su cuerpo y su sabor. Se pueden tener multitud de calidades en alcohol, pero lo que se busca es un ron que combine, que no rivalice con la bebida con la que vas a armonizarlo.
Si se desea una bebida refrescante, el ron blanco es el apropiado, porque no entra en  competición, ya que habitualmente dominan los zumos o la cola. Por otra parte, cuando bebemos ron añejo, estamos intentando implantar un carácter, una personalidad, un cuerpo, y ahí el ideal es que el ron no sea enmascarado por la bebida que lo acompaña, por ejemplo, aquí, se toma mucho con cola. Si es un ron con poco carácter, la cola lo va a superar.
Lo que hay que aportar, es un ron que esté diseñado y pensado para que en ese conjunto la cola no tape el ron, sino que sea un complemento. Que realmente esté en armonía.
Si es un ron añejo con mucho cuerpo, es mejor tomarlo solo, con hielo o con algo de agua.
Por suerte o por desgracia, en nuestra tierra apenas queda caña de azúcar, pero se siguen haciendo grandes rones.
Por último y si sirve de algo, decir que de por sí, en general, la industria de bebidas alcohólicas es muy contaminante, por cada cien litros que se producen de mezcla no llega al 10% lo que es alcohol y el 90% restante son sustancias de deshecho. En algunas empresas estas sustancias no van al mar o el río, sino que vuelven a la tierra, a los sembrados de caña, aportando nitratos y fosfatos necesarios para la fertilización. Un ciclo natural de reproducción, toman la materia prima, pero la devuelven de nuevo a la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario