La palabra chin-chin es una onomatopeya creada por el sonido del choque de cristal contra cristal, y esta misma palabra se utiliza como un brindis habitual en muchos países, incluso en Italia y China. En Italiano se escribe Cin-Cin. Esto me recuerda una anécdota. Hace años en la primera ocasión que nos vino a visitar un ingeniero de motores japonés de una empresa muy conocida de aquel país. Salimos a cenar y durante la cena a uno de nuestros compañeros se le ocurrió alzar su copa y decir chin-chin antes de degustar su vino. El japonés primero lo miró encrespado y después se sintió orgulloso. Al siguiente día, el ingeniero me explicó que en Japón le dicen "chinchin" al pene. Que en un primer momento se sintió ofendido, pero después se imagino que mi compañero le estaba ofreciendo sus respetos al pene del japonés.
En República Dominicana y Puerto Rico chin-chin es usado comúnmente en frases como, dame un chin-chin, o sólo me comí un chin-chin, en el sentido de, dame un poco o sólo me comí un poco. Acaso se refiera al poco chin-chin que tienen los nipones, según dicen. Puede ser muy divertida la conclusión como anécdota, pero con todos los respetos hacia ese pueblo, ya que somos muy dados a sacarle punta a todo. Por mi parte pienso que chin, en relación a lo pequeño o poco, puede ser un apócope de chiquitín.
Podría habérsele dado esa acepción de pequeño al vocablo y de ahí el significado onomatopéyico de chin chin. El tropiezo de dos o más copas de cristal, produce un sonido bastante agudo y aunque entre los científicos los sonidos penetrantes se correspondan con lo cuantioso, de forma involuntaria nosotros lo asociamos con lo pequeño, lo escaso. Cuanto más agudo menos lo oímos y a nuestra apreciación parece que es menor. De tal forma, careciendo de auténticas evidencias, pero excediendo de razón, el significado de chin chin alude a lo poco escandaloso, poco apreciable y exigiendo más concentración, del delicado golpe de dos copas.
En Méjico el chin-chin es una grosería, expliquemos, una imprecación a la madre, lo que por aquellas tierras se dice una mentada. Me imagino que chin en este caso es una apócope de esa frase que ustedes están pensando.
En la inmensa mayoría de los pueblos, tenemos a la madre como sagrada; pero al hacerlo de manera reiterada, va perdiendo ese sentido exclusivamente altisonante y ese chin-chin se usa incluso como juego o para aseverar como sinónimo de verdad; por ejemplo, chin, chin si no lo terminas esta semana o chin chin que no te miento.
En la octava isla, Venezuela, la expresión Chin Chin significa comprar, obtener o pagar algo con el dinero que esté completo y sin dejar nada a deber, o sea al contado. Por ejemplo, pagué el televisor chin chin.
Este significado igualmente podría tratarse de una onomatopeya, del sonido que hacen las cajas registradoras o si no también el que hacen las calderillas en los bolsillos. Además en inglés consta la expresión cha-ching para referirse al dinero.
Y del tan latoso chin chin, saltemos al brindis, que según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua el vocablo brindis proviene, del alemán bring dir's, yo te lo ofrezco. 1. Acción de brindar con vino o licor. 2. Palabras que se dicen al brindar.
Parece ser que el origen de la expresión se remonta al siglo XVI, y tiene como motivo la celebración de una victoria del ejército de Carlos V sobre su adversario. Como relatan los historiadores, el lunes 6 de Mayo de 1.527, las tropas de Carlos V entran de forma victoriosa en Roma y la saquean. La depredación fue algo espontáneo. Un caballero de alto rango de la corte del emperador, persuadirá a su interlocutor, el Arcediano del Viso, espectador del saqueo, de que el emperador no tuvo ninguna culpa de ello y de cómo Dios lo consintió por el bien del cristianismo.
Así mismo, cuenta la historia que con motivo de tal victoria, los mandos militares llenaron sus copas de vino, las alzaron al frente y dijeron la frase inicialmente mencionada, bring dir's, yo te lo ofrezco. Con este hecho, da comienzo la costumbre de brindar cuando se celebra algo.
Como casi siempre, en todas las historias, hay otras interpretaciones que adelantan los orígenes de los brindis mucho más en el tiempo. Estos lo ubican en épocas de los griegos, y tiene mucho que ver con la muestra de confianza que el anfitrión ofrecía a sus convidados.
En las grandes fiestas y comilonas que los más acaudalados organizaban para su regodeo o en honor de alguien, los lacayos servían en las copas a todos los invitados y el anfitrión alzaba su copa y tomaba un trago, como signo de que aquella bebida era buena y no tenía veneno alguno, ya que por aquel entonces, uno de los métodos más usuales para eliminar a los enemigos era envenenar la bebida.
Aunque es suficiente con hacer el gesto hacia el resto de los comensales, alzando levemente la copa, hay muchas veces que nos agrada el choque de nuestras copas con las de los vecinos de mesa, y en todo brindis se plantea la cuestión sobre chocar o no las copas. Lo más correcto es no hacerlo. Pero chocar las copas igualmente tiene su origen.
Uno de los más acreditados por la historia, es que el choque de las copas tenía la misión de esparcir y mezclar el contenido de ambas copas, sobre todo entre los soberanos y los nobles, que utilizaban estos métodos para eliminar rivales, y así aclarar que no se ofrecía ningún tipo de bebida envenenada. Precisamente, si cualquiera de las bebidas ofrecidas contenía algún veneno, este permanecería repartido en una y otra copa. Como podemos observar, de nuevo entra en juego la cuestión de seguridad y muestra de amistad en la ceremonia de chocar las copas.
Diferente de las versiones anteriores, otra revela como origen, las comunidades griega y romana, donde eran frecuentes los grandes banquetes y fiestas, siendo estas de tal la magnitud, que los comensales acostumbraban a levantar y golpear sus copas para llamar la atención de los sirvientes, para que les sirvieran de nuevo más bebida y así continuar la juerga.
Esta costumbre pasó al brindis, en el que se golpeaban las copas para llamar la atención del resto de convidados para hacer el brindis.
Si el chin chin se utiliza en gran parte del mundo, a la hora de brindar, también es costumbre decir alguna palabra o expresión como salud, cheers, proischt, saude, salute, santé, osasuna, etc.
Por mi parte, levanto la copa y brindo por todos ustedes. Que sean felices.
En República Dominicana y Puerto Rico chin-chin es usado comúnmente en frases como, dame un chin-chin, o sólo me comí un chin-chin, en el sentido de, dame un poco o sólo me comí un poco. Acaso se refiera al poco chin-chin que tienen los nipones, según dicen. Puede ser muy divertida la conclusión como anécdota, pero con todos los respetos hacia ese pueblo, ya que somos muy dados a sacarle punta a todo. Por mi parte pienso que chin, en relación a lo pequeño o poco, puede ser un apócope de chiquitín.
Podría habérsele dado esa acepción de pequeño al vocablo y de ahí el significado onomatopéyico de chin chin. El tropiezo de dos o más copas de cristal, produce un sonido bastante agudo y aunque entre los científicos los sonidos penetrantes se correspondan con lo cuantioso, de forma involuntaria nosotros lo asociamos con lo pequeño, lo escaso. Cuanto más agudo menos lo oímos y a nuestra apreciación parece que es menor. De tal forma, careciendo de auténticas evidencias, pero excediendo de razón, el significado de chin chin alude a lo poco escandaloso, poco apreciable y exigiendo más concentración, del delicado golpe de dos copas.
En Méjico el chin-chin es una grosería, expliquemos, una imprecación a la madre, lo que por aquellas tierras se dice una mentada. Me imagino que chin en este caso es una apócope de esa frase que ustedes están pensando.
En la inmensa mayoría de los pueblos, tenemos a la madre como sagrada; pero al hacerlo de manera reiterada, va perdiendo ese sentido exclusivamente altisonante y ese chin-chin se usa incluso como juego o para aseverar como sinónimo de verdad; por ejemplo, chin, chin si no lo terminas esta semana o chin chin que no te miento.
En la octava isla, Venezuela, la expresión Chin Chin significa comprar, obtener o pagar algo con el dinero que esté completo y sin dejar nada a deber, o sea al contado. Por ejemplo, pagué el televisor chin chin.
Este significado igualmente podría tratarse de una onomatopeya, del sonido que hacen las cajas registradoras o si no también el que hacen las calderillas en los bolsillos. Además en inglés consta la expresión cha-ching para referirse al dinero.
Y del tan latoso chin chin, saltemos al brindis, que según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua el vocablo brindis proviene, del alemán bring dir's, yo te lo ofrezco. 1. Acción de brindar con vino o licor. 2. Palabras que se dicen al brindar.
Parece ser que el origen de la expresión se remonta al siglo XVI, y tiene como motivo la celebración de una victoria del ejército de Carlos V sobre su adversario. Como relatan los historiadores, el lunes 6 de Mayo de 1.527, las tropas de Carlos V entran de forma victoriosa en Roma y la saquean. La depredación fue algo espontáneo. Un caballero de alto rango de la corte del emperador, persuadirá a su interlocutor, el Arcediano del Viso, espectador del saqueo, de que el emperador no tuvo ninguna culpa de ello y de cómo Dios lo consintió por el bien del cristianismo.
Así mismo, cuenta la historia que con motivo de tal victoria, los mandos militares llenaron sus copas de vino, las alzaron al frente y dijeron la frase inicialmente mencionada, bring dir's, yo te lo ofrezco. Con este hecho, da comienzo la costumbre de brindar cuando se celebra algo.
Como casi siempre, en todas las historias, hay otras interpretaciones que adelantan los orígenes de los brindis mucho más en el tiempo. Estos lo ubican en épocas de los griegos, y tiene mucho que ver con la muestra de confianza que el anfitrión ofrecía a sus convidados.
En las grandes fiestas y comilonas que los más acaudalados organizaban para su regodeo o en honor de alguien, los lacayos servían en las copas a todos los invitados y el anfitrión alzaba su copa y tomaba un trago, como signo de que aquella bebida era buena y no tenía veneno alguno, ya que por aquel entonces, uno de los métodos más usuales para eliminar a los enemigos era envenenar la bebida.
Aunque es suficiente con hacer el gesto hacia el resto de los comensales, alzando levemente la copa, hay muchas veces que nos agrada el choque de nuestras copas con las de los vecinos de mesa, y en todo brindis se plantea la cuestión sobre chocar o no las copas. Lo más correcto es no hacerlo. Pero chocar las copas igualmente tiene su origen.
Uno de los más acreditados por la historia, es que el choque de las copas tenía la misión de esparcir y mezclar el contenido de ambas copas, sobre todo entre los soberanos y los nobles, que utilizaban estos métodos para eliminar rivales, y así aclarar que no se ofrecía ningún tipo de bebida envenenada. Precisamente, si cualquiera de las bebidas ofrecidas contenía algún veneno, este permanecería repartido en una y otra copa. Como podemos observar, de nuevo entra en juego la cuestión de seguridad y muestra de amistad en la ceremonia de chocar las copas.
Diferente de las versiones anteriores, otra revela como origen, las comunidades griega y romana, donde eran frecuentes los grandes banquetes y fiestas, siendo estas de tal la magnitud, que los comensales acostumbraban a levantar y golpear sus copas para llamar la atención de los sirvientes, para que les sirvieran de nuevo más bebida y así continuar la juerga.
Esta costumbre pasó al brindis, en el que se golpeaban las copas para llamar la atención del resto de convidados para hacer el brindis.
Si el chin chin se utiliza en gran parte del mundo, a la hora de brindar, también es costumbre decir alguna palabra o expresión como salud, cheers, proischt, saude, salute, santé, osasuna, etc.
Por mi parte, levanto la copa y brindo por todos ustedes. Que sean felices.
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